Shaddai Eves
Santo Domingo
Milly Quezada no está en ánimo de morir como dicen que sueñan los artistas: en el escenario. Ni piensa retirarse cuando ya las fuerzas no le den para más. No, ella aspira a tomar esa decisión en plenas facultades físicas y mentales. Y tras más de cuatro décadas de una carrera musical exitosa, y que aún lo continúa siendo, ejemplo de esto fue la nominación que obtuvo este año 2022 en los Latin Grammy, la “Reina del merengue” se siente preparada para dar ese paso, aunque duda que sus fanáticos lo estén tanto como ella.
“Yo no sé si el público está preparado para mi retiro, pero yo sí”, reveló Milly durante una visita navideña a Listín Diario.
La palabra retiro la tomó en serio y ese momento hasta lo visualizó “super cercano”, aunque no está, asegura, lista emocional ni económicamente “porque yo soy obrero de mi oficio y yo no me volví a casar, yo soy la batuta y constitución en mi casa (…) pero por las pérdidas significativas que he tenido a través de mi vida, me he dado cuenta que hay cosas más importantes que el momentico y el brillo, como aprovechar tiempo con mis seres queridos y mi sueño dorado y no lo tengo, es tener una casita frente una alguna playa de aquí”.
La “Reina del merengue” dijo que contrario a lo que pensaba la fenecida “Reina de la salsa” Celia Cruz, quien decía que “era un privilegio morir en el escenario”, ella prefiere no envejecer encima de las tablas. Incluso, adelantó que ya no toca fiestas como antes y que le exige a sus manejadores más tiempo de descanso entre una y otra.
La veterana artista dominicana narró que le pidió a Dios que, en su regreso, luego de que se retirara de la música por aproximadamente un año, en 1996, a consecuencia del fallecimiento de su esposo, le diera la oportunidad de cantar por unos cuatro o cinco años. El público la reclamaba y necesitaba sacar a sus hijos adelante debido a que eran muy pequeños, pero “ya yo voy para 25 años desde que enviudé y no cesa ese público de reclamarme, llamarme, contratarme, pedirme…”. A la vez lo considera una bendición.
“Yo quiero y le pedí a Dios que en un momento alto de mi carrera y viable pueda decir: señores, hasta aquí… hasta aquí llegué, gracias por la bendición de tenerme en su corazón y de apoyarme, pero lo que no quiero es irme cayendo en pedacitos, el público no se lo merece y realmente yo no sé lo que el público espera de mí en términos de longevidad”, expresó Milly.
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